Con la llegada del frio, las piscinas son el mayor atractivo de la temporada. La temperatura del agua será determinante factor para condominios, gimnasios, clubes, hoteles y spas mantener la frecuencia de los bañistas. Sin embargo, lo que muchos no saben es que hay diferencia en el tratamiento de aguas de piscinas convencionales y climatizadas.
El agua caliente favorece la proliferación de patógenos microorganismos. Además, la temperatura alta aumenta la producción de sudor de los bañistas y, en consecuencia, la carga de materia orgánica depositada en el agua.
Un problema común en estas piscinas es la sensación de exceso cloro, olor fuerte y ojos ardientes. Esa sensación es causada por la formación de un subproducto llamado cloramina, un resultado de la reacción del cloro con materia orgánica. Para ser borrado, le recomendamos el uso de la luminosidad de la Oxy oxidante, que reacciona con la materia orgánica sobrante, eliminando el olor.
Además de ajustar la dosificación de cloro, se recomienda el seguimiento diario del residual para que la piscina se mantenga con el contenido entre 1 y 3 ppm, asegurando la calidad del agua. Con la temperatura elevada, tiene lugar la aceleración se produce en la evaporación de los productos y en el consumo de cloro.